El primer libro de Valeria Pujol Buch, Suave es el relincho, adelanta en su imagen de tapa el ritmo suave y constante de la Singer que se mueve a paso firme y laborioso como los doce relatos breves y el poema-manifiesto que componen la obra. La ilustración deja ver un conjunto hecho de retazos: una máquina de coser, un cigarrillo recién prendido en su cenicero y un portarretratos que exhibe a una niña sonriente con su bicicleta detrás. Esta escena misteriosa que conjuga infancia, ocio y trabajo está atravesada por lo rasgado y envuelta en diversos tonos de naranja como una promesa festiva que se completa con la sonrisa rodeada de flores en la foto de la solapa.