No ha desaparecido del todo, en ciertas esferas académicas, ese estado, ora difuso, ora concreto, de hostilidad o de escepticismo hacia la ciencia general de las instituciones, esto es, hacia la sociología (que es ciencia de las instituciones, por cuanto si lo característico del individuo es la invención, lo característico del grupo es la institución). Ese estado espiritual tiene remota ascendencia, y es la resultante de errores y prejuicios que solamente ahora, tras incesante labor, van siendo eliminados.