En las páginas que siguen hemos tratado de sistematizar sintéticamente las líneas más esenciales de una doctrina jurídica que padeció el eclipse de la filosofía que la sustenta, la escolástica, y que hoy renace con ella. Su literatura no es abundante —nos referimos a la teoría jurídica; todo lo contrario acontece con la parte propiamente filosófica— y sus principios, a diferencia de los de la filosofía sustentadora, no han conquistado aún toda la ciudadanía que merecen. Sin embargo, además de la verdad que contiene, autorizan a augurarle una decisiva influencia próxima su estructura sistemática y la fuerza y sutilidad de su dialéctica.