Uno de los problemas más complejos y difíciles y en consecuencia de los más debatidos de la filosofía se plantea al intentar la solución de la existencia y justificación de los principios rectores del pensamiento humano. Problema tan antiguo como la Filosofía misma, ya que ésta según la acepción aristotélica, tiene por finalidad primera descubrir los principios de todo lo existente. No obstante su venerable edad y a pesar de haber sido objeto de severas, minuciosas y profundas reflexiones e indagaciones de casi todos los filósofos que se han sucedido en el transcurso de los siglos, continúa aún preocupando a las mentalidades contemporáneas y estamos muy lejos de poseer a su respecto una teoría más o menos satisfactoria. Es que esta cuestión de los principios del pensamiento, constituye la base y el fundamento de la posibilidad de todo pensar y su complejidad es de tal naturaleza, que ningún espíritu, por sutil y alerta que fuera, se ha librado de la atraccción de los finos retículos de su enmarañada contextura.