Se entiende que a partir de las especificidades de la disciplina contable, la especialidad socio-ambiental permite diferenciar el activo del capital, natural y social. Y, si se considera un determinado capital socio- ambiental mínimo a mantener (teniendo en cuenta las metas de los ODS y las realidades, capacidades y niveles de desarrollo de cada país, región, provincia y municipio), entonces las organizaciones económicas podrían obtener y brindar información contable socio-ambiental a nivel municipal, además de nacional, regional y provincial.
Ha sido posible concluir que desde la especialidad contable socio- ambiental debería distinguirse el capital socio-ambiental mínimo a mantener del ente y el de su entorno y que el proceso contable puede contribuir a identificar un punto de partida para medir y valorar impactos y dependencias sobre el capital social y natural (además del activo y pasivo sociales y naturales), con un sentido objetivo y claro.