En el viaje que realizamos en 1913 con el doctor Guido Bonarelli, nos llamó de inmediato la atención la posición uniforme que guardan los viejos sedimentos que afloran en la barranca izquierda del río Paraná, a lo largo de más de 700 kilómetros desde Corrientes a Diamante, y en donde su continuación en el espacio se baila cortada a grandes trechos, en la desembocadura de los ríos. De la misma manera, nos llamó la atención el estudio en conjunto y parcial de las areniscas rojas, rojo parduzcas, pardo amarillentas, etc., que forman la base de los viejos sedimentos aludidos, a lo largo de Corrientes, al compararlas con las areniscas rojas del naciente de la provincia y de Misiones.