La iniciación de Juan Manuel de Rosas en la vida pública de Buenos Aires fué provocada por las guerras de su provincia con Santa Fe, en una de las varias jornadas que integran el drama político de 1820. Su intervención en este período cruento y fecundo de la historia argentina, se singulariza por una cordura ejemplar y una rara sagacidad política. Todavía en la juventud —apenas contaba veintiocho años— es el menos combativo de los jefes militares y el más reposado y conciliador en las ne-gociaciones políticas. En un ambiente de pasiones y odios, Rosas trabaja por consolidar el orden institucional de su provincia y establecer sobre bases definitivas la paz del Litoral. Procura la amistad y la alianza con Santa Fe, descubriendo el significado del movimiento federalista y diríase que por clara intuición, presiente el porvenir político de las provincias litorales.