El año 2022 será recordado como el “año cero”: un momento que podría haber marcado un antes y un después como punto de evolución hacia un multilateralismo formal y sustancial, pero que lamentablemente resultó ser el epicentro involutivo de las relaciones internacionales. En particular, es urgente analizar la era contextual global. Estamos ante un panorama que tiene al menos 100 años de atraso en materia de derecho internacional y relaciones internacionales.