El Seminario Mayor de La Plata cumple cien años. Han sido muchas las generaciones que han pasado por sus aulas. Santos sacerdotes se han formado bajo la mirada atenta de sus docentes y formadores y muchos aspirantes que no llegaron a culminar su trayectoria han aprovechado también la generosa oferta académica y espiritual del Seminario. En este número especial de la revista Dios y el Hombre hemos querido recuperar algo de la enorme riqueza de esta tarea señera del seminario, que, con su trabajo continuo, silencioso y responsable, ha mantenido viva la llama de la fe que le fue encomendada. En un año de renacimiento de las actividades presenciales, y con nuevos desafíos a la vista, todos los que han trabajado en las distintas actividades del seminario y quienes han participado en la publicación de este número especial de la revista han sabido sobreponerse a distintas contingencias para dar un valioso testimonio de amor a Dios y al Hombre a través de su ciencia, de su compromiso con las humanidades y de su trabajo denodado para sostener y admirar la belleza del mundo. Como señalara el admirado Homero, “cual la generación de las hojas, así la de los hombres”. Unos tras otros pasamos los hombres por las instituciones, por las aulas y pasillos, y dejamos muchas veces un vacío doloroso; pero en cada primavera el árbol renace, más fuerte y vigoroso. Y a su sombra se refugian las aves y los peregrinos reparan sus fuerzas. Desde la Dirección de la revista no podemos dejar de agradecer este trabajo ímprobo y el compromiso generoso. Es el mejor legado y ejemplo para las generaciones que nos seguirán.