El 15 de octubre de 1965 se cumplió el primer centenario de la muerte de Andrés Bello. Con tal motivo Venezuela, su país de nacimiento, y Chile, su patria de adopción, encabezaron los homenajes con que la América española celebró al más alto de sus humanistas, poeta excelente, científico de sabiduría esclarecedora, legislador, y maestro en la acción pública y en la privada. España tampoco estuvo ausente del coro de justos homenajes suscitados por quien tanto hizo para conservar la unidad espiritual del idioma común.
El Instituto de Literatura Argentina e Iberoamericana de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata quiso cubrir parte de la deuda que los argentinos tenemos con el sabio humanista; para ello solicitó trabajos, a distintos especialistas universitarios, sobre otros tantos aspectos de la obra de Bello. Los estudios que aparecen en este volumen fueron los Tínicos entregados. Se explica así la ausencia de algunos aspectos esenciales de la producción bellista, no estudiados por los colaboradores reunidos. Faltan investigaciones sobre el poeta, el traductor del francés y el italiano, el latinista, el erudito de la épica medieval, el legislador, el estudioso de la filosofía, el divulgador de varias ciencias.