Si bien la Tierra es el escenario de interminables tensiones entre las fuerzas endógenas y exógenas desde el comienzo de su existencia, aparenta calma e inmovilidad porque gran parte de los procesos geológicos se desarrollan a escalas temporales difíciles de comprender. Sin embargo, en el período de la vida de una persona, el mundo ha cambiado radicalmente y seguirá cambiando en las próximas décadas. Procesos geológicos y geomorfológicos inéditos, así como nuevos compuestos químicos visibilizan el creciente papel de los seres humanos como una fuerza más de la naturaleza. La magnitud de las transformaciones es tan grande que se ha planteado la posibilidad de agregar una nueva época geológica a la Tabla Cronoestratigráfica, el Antropoceno.