La hipótesis que me gustaría presentarles es que en la constitución del campo de la Educación Física se puede observar un proceso de “salida” que nos liberaría de un estado de minoridad. ¿En qué sentidos? En los sentidos que históricamente se han configurado en relación con otros campos (pedagógico, salud, deporte, etc.). El problema no es que la Educación Física tenga y haya tenido relaciones históricas con otros campos; el problema son las relaciones de subordinación. Sin embargo, el incipiente desarrollo de la epistemología nos permite empezar a pensar (y trabajar) sobre ejes de salida.
Esta presentación genérica nos sirve para plantear nuestra hipótesis acerca del carácter perimido de la conceptualización clásica del cuerpo en el campo disciplinar de la Educación Física. Lo que intentaremos mostrar es que la concepción del cuerpo como una entidad no intencional subyace a los diferentes paradigmas en pugna en el período de la conformación disciplinar de la Educación Física, tanto en sus versiones de cuerpo mecánico (por lo tanto separable y susceptible de ejercitarse de manera atomística), como en su versión más estilizada de cuerpo orgánico (en consecuencia dotado de un carácter integral que se concreta en un ideal de las proporciones armónicas) (Ver Bracht & Crisorio, 2003). Al situar esta noción, esperamos destacar su carácter de obstáculo epistemológico, procurándonos un marco para formular la pregunta por su emergencia histórica (cuya respuesta habrá que precisar), pregunta esta que sostiene a la cuestión clave de cualquier ruptura epistemológica, es decir: ¿por qué la noción de cuerpo inerte (no intencional, etc.) parece evidente? ¿Cómo es que esta noción ha llegado a parecer solo un dato y no una interpretación? ¿Cuáles son sus alter ego conceptuales? ¿Cuál es el marco conceptual en el que opera?