Se descarta en este texto un concepto de arte popular definido de antemano a partir de las propiedades sustantivas que lo caracterizarían: los rasgos intrínsecos provenientes de su origen (campesino, gauchesco, tradicional), las técnicas (rusticidad, manufactura) o las cualidades formales prefijadas, que lo definirían esencialmente y que le serían propias (uso del color, profundidad, etcétera). Lejos, entonces, de fundamentos esencialistas y con el objetivo de recuperar las cuestiones centrales del pensamiento contemporáneo, en este escrito se abordarán algunas consideraciones sobre la categoría arte popular atendiendo a su compleja vinculación con la política.