Si el virus SARS-CoV-2 ha afectado a toda la sociedad sin distinción, sin duda las mujeres han pagado mucho más en los frentes económico, familiar y sanitario. El impacto global provocado por la pandemia ha demostrado ser mucho más grave para el género femenino, tanto que requiere acciones y medidas específicas de género para reducir los efectos sobre dicha población.
La salud de las mujeres generalmente se ve afectada negativamente por la asignación de recursos y las prioridades, incluidos los servicios de salud sexual y reproductiva. Esta inacción implica un impacto severo sobre su condición biopsicosocial y, lamentablemente, afectará la calidad de vida a través de los años.