“Hablando de su obra, Wright decía que cada nuevo plano que diseñaba tenía su propia gramática y ley de crecimiento…” En todas sus obras, incluso en las pequeñas, hay un “clímax” (la casa, el parador) en el que culmina el todo. A ese espacio culminante no se llega simple y llanamente, sino de modo gradual y contrastado.