“No importa la ubicación de los puntos en el espacio, siempre es posible trazar una espiral capaz de conectarlos a todos”…expone Javier Corvalán en su visita a la FAU. De la afirmación anterior surge la posibilidad de comprender las diversas instancias necesarias para el desarrollo de su arquitectura, en una posible segmentación representada en primer término con las casas Umbráculo (2007) y Yvapovo (2016), ambas insertas en el área urbana y de tipologías preexistentes diferentes, siendo intervenidas principalmente mediante la materialización de espacios propios a usos comunes, los cuales generan la articulación entre la función específica, sus espacios exteriores y espacios intermedios en ambos casos.
Distante de una condición urbana, en Casa Obscura (2011) la propuesta se diferencia sustancialmente de los casos anteriores, prevaleciendo en ésta la ausencia de luz en relación directa con el espacio interior cerrado y su modificación radical en la posibilidad de convertir la relación perimetral cerrada y opaca en un espacio interior aterrazado y vinculado al paisaje natural del lugar.