Todo argentino culto sabe que su país es el estado que tiene la mayor parte del dominio árido de América del Sur. Pero sin duda, pocas personas han reparado en el siguiente hecho: si este continente no es el que posee la mayor superficie árida, es en cambio el que ofrece la extensión geográfica más singular de dichas áreas. Mientras en el Viejo Continente, en Asia en especial, y también en Africa, se trata de zonas dilatadas en el sentido E. O., y por regla general, en la vecindad de los trópicos, en América del Sur se comprueba la desaparición de las aguas y la degradación del tapiz vegetal hasta pisar el aspecto desértico, a lo largo de una zona submeridiana que avanza hasta muy cerca del Ecuador en el Perú, y atravesando en diagonal todo el continente, desde las costas del Océano Pacífico hasta las del Atlántico, pasa por las mayores altitudes de la poderosa Cordillera de los Andes, y se extiende vastamente en la planicie argentina.