La posibilidad de trabajar con modelos cada vez más complejos conllevó a la detección de patrones emergentes difíciles de explicar y hasta de interpretar, demostrando que los modelos sencillos aún tienen un potencial explicativo importante.
Uno de los patrones emergentes de mayor impacto en las ciencias sociales, ha sido, quizás, la revelación que la polarización parece tener un mayor protagonismo en el escenario mundial que el consenso. El efecto contrarian, como fenómeno macroscópico, no es más que la presencia de agentes que van “contra la corriente”, es decir, que basan sus propias valoraciones personales en las antípodas de las construcciones hegemónicas de la sociedad, posibilitando explicaciones a estos fenómenos generalizados.
El presente trabajo busca acercarse a otra interpretación posible sobre el comportamiento microscópico del efecto contrarian, a partir de la inconmensurabilidad de los paradigmas como manifestación concreta del sesgo de confirmación. Por lo tanto, ya no existe una proporción 𝑝 de agentes que se comportan como contrarians, sino que ahora, existe una probabilidad 𝑝 de que cualquier agente pueda mostrar dificultades en los mecanismos de lenguaje y se comporte en ese caso particular como un contrarian.
Tanto si consideramos esta probabilidad endógena como exógena, vemos que el sistema puede generar problemas de lenguaje que hace imposible a los agentes llegar a escenarios de consenso, o hacerlo con mayores dificultades. De hecho, las posiciones neutrales resultan, finalmente, claves para alcanzar, en algunos casos, escenarios de consenso.