Así como los funcionarios de la dictadura quisieron instalar una narrativa sobre la guerra en las escuelas, existieron otras narrativas que sucesivamente ganaron protagonismo en el espacio público. Elizabeth Jelin nos advierte acerca del carácter conflictivo de la circulación de estas narrativas, o, simplemente, de las memorias que disputaron por convertirse en la explicación verdadera de los acontecimientos (Jelin, 2002, pp. 39 y ss.). Esta idea está en el centro de la consideración de este capítulo.
Me interesa particularmente mostrar el modo en que se produjo esta disputa al interior del sistema educativo argentino a partir del abordaje no solo del contenido de estas memorias –algo que ha sido profusamente estudiado desde distintas disciplinas del campo de las ciencias sociales2–, sino también de las formas específicas que adquirió su transmisión en el ámbito escolar. En este sentido, mi argumento principal es que, así como es posible historizar las memorias y sus relaciones de fuerza, es posible también historizar las formas de su transmisión escolar. Espero mostrar esta historia a través del análisis de fuentes documentales diversas: textos escolares y manuales, documentos especialmente dirigidos a los actores escolares, pero también legislación, discursos públicos y otros tipos de documentos, que no fueron formulados específicamente para su uso en la escuela pero que tuvieron consecuencias en las instituciones educativas.