El principio inspirador de la ética socrática debe reconocerse como una herencia de motivos procedentes de la religión órfica, con su honda conciencia del pecado y exigencia de purificación, que se habían expresado luego en la escuela pitagórica con el precepto del cotidiano examen de conciencia y con la obligación de avergonzarse por las propias faltas ante sí mismo más aun que ante los demás. La herencia ética del pitogoris- mo repercute igual y simultáneamente en las doctrinas morales de Demócrito y en las de Sócrates: vale decir en las dos corrientes antagónicas del materialismo y dél idealismo.