El Derecho tiene género, es una estrategia misma de la creación de los géneros, su construcción ideológica se presenta bajo el dominio de lo masculino. Es una estrategia excluyente invocar la categoría “mujer” como no problemática y asumir que representa a todas las mujeres. En el significado de la diferenciación tiende a subsumirse el de la discriminación, una hiper marcación de etnia, clase y diferencia sexual. Los Derechos Humanos en tanto invención de la modernidad, son el producto cultural de una nueva configuración de sujeto hegemónico. La universalidad de las prerrogativas ignora a las y los individuos subalternos; y el patriarcado e imperialismo que rigen el discurso jurídico, cristalizan esa figura de la “mujer del Tercer Mundo”. “Episteme” es el dispositivo que hace posible la separación de lo que no puede ser caracterizado como científico, y su posibilidad es la violencia general. No es posible aprehender la concientización al construir el/la otro/a homogéneo/a, referido/a desde nuestro propio lugar en el sitio de la identidad del yo. Las académicas y abogadas feministas somos ahora responsables de la producción y transmisión del conocimiento legal y por tanto del sujeto jurídico mujer. Resulta necesario descolonizar el saber legal para poder despatriarcalizar la sociedad.