En este capítulo proponemos aproximarnos a algunas de las “matrices” desde las cuales han sido comprendidas y estructuradas las prácticas educativas, focalizando en los modos en que en ellas se ha configurado el lugar de la educadora y del educador. Es fundamental reconocer, inicialmente, que ellas constituyeron proyectos político-pedagógicos de intervención en el campo cultural. En tanto tales, organizaron campos discursivos particulares e impactaron con diverso alcance en la concreción de las prácticas educativas en diferentes momentos históricos, ámbitos y niveles de enseñanza. De modo que es importante que las comprendamos en su potencial, contradictoria y coexistente configuración para permear los sentidos y prácticas contemporáneas.