Fue Francia quien eligió los significantes amos que identificaron hasta hoy a la modernidad occidental en la que el ideal de libertad comanda.
La experiencia de extraer uno de ellos tres para la conducción política llega a consignas tales como “libertad o muerte”. La elección forzada se presta a la realista ironía lacaniana (solo queda elegir la libertad de morir) o, en la concepción del fantasma de un analizante, la libertad de matar.