En el catálogo de los conceptos que componen los vocabularios con los que intentamos interpretar, explicar, describir, incidir y modificar la experiencia humana es difícil hallar ninguno importante que esté exento de polémicas. Democracia puede parecer hoy un término consensual, aunque apenas nos disponemos a elaborar sus alcances con algún detalle, se torna evidente que debemos elegir sentidos particulares. Por ejemplo, democracia liberal, democracia popular, democracia socialista, entre otras.
Con la libertad ocurre lo mismo. ¿Cuál sería la definición más somera que así lograse la virtud de sustraerse al debate y las divergencias a veces apasionadas?