La pandemia ha actualizado el debate respecto de la libertad.
En varios países del mundo se han liberado presos por el riesgo de contagio del COVID-19 dentro de las cárceles. Los medios de comunicación y gran parte de la sociedad declararon su oposición a la libertad de los presos, aún cuando esta medida apunta a disminuir el riesgo de contagio.
El neoliberalismo, en tanto discurso, no puede hacer suyas las palabras de Sarmiento, que dijo:
“¿No queréis educar a los niños por caridad? Pero hacedlo por miedo, por preocupación, por egoísmo, movéos. El tiempo urge, mañana será tarde”. Sustituyamos “educar” por “liberar”.
Hoy en nuestro país, aun a riesgo de poner en juego la propia vida, la elección es un hecho: que los presos sigan donde están. Sin libertad.