La etimología de la palabra secreto proviene del nombre latino, secretus, que a su vez deriva del verbo secernere que significa poner algo aparte, tal como denota en el indoeuropeo el prefijo 'se', y además, ponerlo en donde no llame la atención o donde no se pueda distinguir o analizar, en relación con el verbo cerenere, analizar. De modo que en su significado intrínseco la palabra connota el ocultamiento, la no revelación de una verdad que sólo es conocida por el o los dueños del secreto.