El siguiente escrito, se basa en mi último informe de actuación como síntesis del proceso de formación que transité como residente de Trabajo Social, entre los años 2013 y 2016. La misma se desarrolló en el PRIM (Programa de Residencias Integradas Multidisciplinares) de Florencio Varela, específicamente en el Centro de Integración Comunitaria (CIC) del barrio “El Rocío”.
Comencé mi recorrido profesional con la inserción a la residencia, introduciéndome en un proceso de formación con implicancias en lo real, poniendo en práctica el ejercicio profesional.
La particularidad de desarrollarse en un primer nivel de atención en salud y sustentada en una formación interdisciplinaria, impulsa y fomenta prácticas ancladas en el territorio que se tensionan de manera directa con las demandas de la población. Al mismo tiempo, la posibilidad de las mismas, aporta a superar los límites institucionales contrariando prácticas endógenas y cerradas desvinculadas de la realidad social, que traen como consecuencias aferrarse a los campos tradicionales de intervención, dejando por fuera nuevas demandas sociales, las problemáticas emergentes, generadas por y en una sociedad altamente dinámica y compleja.
A su vez, el encuentro con otras disciplinas establece los marcos para el abordaje de problemáticas complejas que ya no pueden ser abordadas desde la fragmentación profesional. Claro está, que el hecho de producirse intervenciones interdisciplinarias no supera por sí mismo dicha fragmentación, sino que debe implicar perspectivas que entiendan la realidad en su complejidad, pasible de ser desnaturalizada tal como se nos presenta.
Fue entonces necesario poner en tensión no sólo los dispositivos en los que trabajaba, sino también algunas categorías constitutivas del Trabajo Social. La atención a la demanda, la función de las políticas sociales, la concepción de salud, las instituciones, fueron mediatizadas a la luz de una perspectiva crítica que incorporaba categorías transversales a las mismas, al mismo tiempo que establecía la ineliminable relación de unas con otras. Categorías como clase social, género, territorialidad y condiciones laborales, se configuraban como determinantes en los posicionamientos y estrategias de intervención establecidas.
Será entonces objetivo de este escrito realizar una síntesis y reflexionar sobre mi proceso de formación, reconociendo estas categorías como constitutivas de una práctica profesional anclada en la perspectiva crítica del trabajo social.