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Dispositivo sonoro mecánico de marcación de tempo para guiar la ejecución musical, identificado como uno de los primeros modelos industrializados en su tipo, de procedencia francesa, primera mitad del s. XIX.
1) Procedencia: Francia. 2) Estado de conservación: No presenta fallas. 3) Uso (Características performáticas): El uso del metrónomo para guiar la metricidad durante la práctica musical tiene como antecedentes diversos dispositivos creados en el marco de los avances mecánicos de la revolución industrial y medición del tiempo. Los primeros prototipos se adjudican a Etienne Loulié, que creó un metrónomo sin sonido en 1696 y a Anthony George Eckhardt, que en 1798 diseñó uno con péndulo y campana, entre otros. La fábrica de este ejemplar corresponde a Johann Nepomuk Maelzel (Alemania, 1772-1838), quien patentó en 1815 el mecanismo de este tipo de metrónomos (de péndulo, con sonido y escala visible que permite cambiar el tempo) y fue uno de los responsables de su amplia industrialización y difusión en la época victoriana. El diseño original de este prototipo se adjudica al holandés Dietrich Nikolaus Winkel, quien entabló un litigio con Maelzel, siendo que tomó su diseño y solo le agregó la escala graduada de tempos. Maelzel (Mäzel, Mazel, Mälzel o Malzel) fue un creador de instrumentos mecánicos muy conocido por su trabajo en colaboración con Ludwig van Beethoven, a quien le diseñó dispositivos para mejorar su escucha y el panharmonicon (instrumento mecánico multi-tímbrico creado originalmente para la composición de la obra "La victoria de Wellington. Opus 91", en 1813). La inclusión de referencias de tempo en sus partituras por parte de Beethoven, así como la recomendación de uso del metrónomo por parte de pedagogos durante el s. XIX, generó su uso masivo y un cambio definitivo en la performance musical occidental, siendo que no solo es actualmente utilizado para sostener el tempo con la precisión exigida en el ámbito profesional, sino también para crear e interpretar múltiples dimensiones temporales dentro de cada obra, así como por ejemplo, para la composición en el ámbito de la música contemporánea (tal el caso de “Poema sinfónico para 100 metrónomos” de György Ligeti, estrenada en 1962). El metrónomo modelo “Maelzel” fue industrializado masivamente por múltiples fábricas en todo el mundo, a tal punto que en muchas partituras la indicación de tempo se referencia como “M.M”, es decir “Maelzel's Metronome”, seguido del detalle de tempo, por ejemplo “060”. Asimismo, la difusión de este dispositivo no estuvo exenta de polémicas, ya que la mecanización de la interpretación y su enseñanza se consideraba un artificio deshumanizador (una polémica siempre vigente en la tensión tradición-modernidad).