El estado posee un patrimonio amplio que se subdivide en dos grandes rubros, uno que resulta el dominio público estatal, que tiene ciertas características especiales, y el otro que pertenece a su dominio privado, que tiene la lógica de un uso interno, en tanto no es utilizado de manera directa por el público. Este capítulo se encarga de definirlos y relacionarlos al ejercicio del derecho administrativo.