Las investigaciones inmunogenéticas en los animales domésticos comenzaron de manera sistematizada en el año 1930 en la Universidad de Wisconsin (USA). IRWIN, fue quien acuñó el término Inmunogenética a los estudios de la herencia de los caracteres de la sangre y suero sanguíneo.
Esta rama científica compatibiliza técnicas inmunológicas y principios genéticos, siendo el vacuno, ovino y aves los primeros en ser estudiados.
El ganado bovino posee al menos 11 sistemas de grupos sanguíneos bien conocidos (A, B, C, F-V, Z, S, L, M, N, J y R’S’). Su modo de herencia varía según los sistemas, siendo codominante el F-V y dominante simple L, M y Z, en tanto que en otros sistemas su herencia es más compleja. En general los sistemas sanguíneos y serogenéticos son polimórficos, es decir que poseen en cada locus dos o más alternativas, donde sus frecuencias génicas pueden variar entre 0,01 y 0,99.
Los polimorfismos tienen importancia por promover individuos especializados genéticamente en correspondencia a cada nicho ecológico, permitiendo así que cada grupo ocupe determinado ambiente de manera favorable. Los sistemas de grupos sanguíneos se pueden utilizar como marcadores genéticos, no solo para identificar líneas o razas, sino además para investigar cambios producidos en las poblaciones.
Resulta de interés estudiar las asociaciones entre marcadores genéticos y caracteres adaptativos, principalmente económicos, por cuanto una vez detectadas estas asociaciones de grupos sanguíneos y variantes electroforéticas, podrían resultar de valor en los programas de selección.
De esta manera los objetivos de la tesis fueron:
a. describir el bovino Criollo Argentino como raza, a través de los marcadores de grupos sanguíneos y transferrinas.
b. relacionar Ios marcadores genéticos antes mencionados, con aspectos productivos.