En capítulos previos hemos visto cómo las condiciones de estabilidad de los sonidos permiten categorizarlos en fuertes y débiles, y a partir de estas relaciones, entre otras cosas, podemos conformar una estructura métrica. En forma análoga, a partir de las relaciones de tensión y relajación que se despliegan en el discurso musical vamos construyendo una jerarquía de las sonoridades resultantes. Esa jerarquía emerge de un entramado que involucra principalmente las relaciones entre las alturas dentro de una determinada tonalidad, el ritmo y la posición métrica. Cuando hablamos del componente armónico, hacemos referencia a la constitución de estas sonoridades y a la relación que se establece entre ellas dentro de una pieza musical. Si bien nuestro interés será centrarnos en las problemáticas derivadas de la audición de la armonía, dado que la Armonía como campo de estudio es fundacional en la Teoría de la Música contemporánea, comenzaremos con la exposición de algunos antecedentes históricos del tema que nos permitirán contextualizar ciertos conceptos teóricos fundamentales (acordes, cifrados, funciones) para su posterior utilización.
En el presente capítulo desarrollaremos los conceptos de sonoridad gobernante (global y local), función armónica, patrón armónico, relación métrico-armónica y ritmo armónico en la música tonal.