El rock como fenómeno cultural remite a un entramado de prácticas que exceden la experiencia musical y se vinculan estrechamente con todas las esferas sociales. Por tanto, en el análisis del discurso político del presidente Alberto Fernández es posible rastrear distintas construcciones enunciativas que refieren a la apreciación musical, la poética rockera y la emancipación artística. Así, se entiende que, en su estructura de exposición institucional, retoma la experiencia artística como un lugar de transformación social y una clave para resguardarse y sobrevivir en el presente pandémico que acecha a la Argentina y a las poblaciones del mundo.
Desde ese plano, el trabajo retoma las menciones presidenciales sobre la escucha musical, el gusto artístico y la conciencia contestataria (transgresora), además de las referencias a la cultura rock extranjera y local en testimonios de reportajes o conferencias de prensa. Como principal hipótesis, se comprende que la característica discursiva del mandatario ubica a la cultura rock como narrativa política polifónica, de acompañamiento para la expresión transgeneracional y en compromiso en las prácticas cotidianas.
En este sentido, la retórica se orienta a una mirada socialdemócrata en clave peronista que activa un ethos de liderazgo desde la diversidad y de conversación artística. Asimismo, en lo que refiere a su argumentación, se evidencia una articulación autónoma de la política (cosmopolita), de democracia pluralista y mirada “agonista” en la disputa de ideas (Mouffe, 2000).