En junio de 1925, la Asociación Amigos de Rusia en Buenos Aires lanzó el primer número de Revista de Oriente, su órgano oficial. Esta publicación tuvo por objetivo difundir la realidad soviética entre estudiantes, obreros e intelectuales argentinos, posicionándose como un medio de comunicación alternativo a la “prensa burguesa”.
A pesar de no haberse constituido estrictamente como una revista literaria o artística, en sus páginas se destinó un lugar de relevancia a estos tópicos. En las elecciones visuales, artículos y escritos reproducidos por los editores, podemos reconocer determinados posicionamientos frente a los debates estéticos que signaron las primeras décadas del siglo XX, particularmente aquellos referidos a la relación entre vanguardia artística y vanguardia política. En este sentido, como desarrollaremos a lo largo del capítulo, Revista de Oriente se colocó en una suerte de bisagra entre los realismos y las experiencias de las vanguardias soviéticas. Esta adscripción por momentos ambigua expresaría no solo el momento de transición que atravesaba la URSS en la definición de sus políticas culturales, sino también las tensiones que tenían lugar en el campo cultural argentino de la década del veinte, signado a su vez por la emergencia de los grupos de Boedo y Florida, formaciones que, aunque contrapuestas en sus principios rectores, admitieron intersecciones mutuas.