El teatro originalmente criollo, que en 1884 nació con la pantomima “Juan Moreira” y en 1886 balbuceó sus primeras palabras en la escenificación hablada de la famosa novela homónima de Eduardo Gutiérrez, tuvo por humilde y honrosa cuna el circo trashumante de Podestá-Scotti y se nutrió con el aporte de sus primeros intérpretes nativos o rioplatenses, que fueron payasos como Pepe Podestá, creador de “Pepino el 88”, o Luis Vittone, el popular clown “Pipo”, y acróbatas al igual de Pablo Podestá, hermano del primero y el más genial e intuitivo de nuestros actores dramáticos.