Los problemas fiscales provinciales son de carácter estructural y no se agotan en el período 2003-2008. Con la complicidad de provincias y nación que siempre pactaron resolver el mandato constitucional pero nunca lo hicieron, el proceso 2003-2008 no hizo más que poner en piloto automático al esquema anterior. Lo que las provincias perdieron en los 90, lo recibieron en forma discrecional, pero gracias a eso tuvieron superávit financiero por primera vez en más de 20 años. Repensar el perverso esquema de transferencias jurisdiccionales vigente, implica no descuidar el equilibrio regional, respetar el federalismo y eliminar el sistema de asignaciones específicas que fragmenta al Estado.