La estrategia gubernamental en materia de regímenes de promoción, subsidios y préstamos en beneficio de ciertas actividades, regiones y empresas adoptó, en los últimos años, un carácter expansivo, lo que se tradujo en el incremento persistente de los gastos estatales involucrados en su implementación. El crecimiento sostenido de la economía y la evolución favorable que registraron los indicadores fiscales durante el período sugieren que la implementación de esta política fue concurrente con la mejora en el desempeño macroeconómico de nuestro país, al tiempo que fue alimentada por ella. Sin agotar el debate acerca de cuáles son los instrumentos más apropiados, la dinámica esbozada por estas variables en los últimos años evidencia las virtudes de una estrategia de activa intervención estatal en la economía.