Un título como el de Lengua y estilo en Sarmiento (de la misma manera que el más corriente de Sarmiento, escritor) se prestará siempre a dudas y discusiones, por la limitación que supone el pretender encerrar en él una personalidad como la suya, personalidad que desborda por sobre limitaciones y casilleros.
Sin embargo, creo que podemos entendernos cuando, sin olvidar la contextura maciza y compleja del sanjuanino, deseamos abarcar con el título de Lengua y estilo en Sarmiento lo que dentro de su copiosísima obra escrita (édita e inédita a nuestro alcance) nos ofrece sus mejores logros, sus mayores ambiciones artísticas, sus problemas de expresión y comunicación, y aun sus reflexiones sobre la lengua.
Me doy perfecta cuenta de que el nombre de esta obra puede resultar un tanto pedante en relación a un material que, con la pretensión de enfilar hacia aspectos poco o nada tratados, dista de guardar proporción con la riqueza de materiales que configura la obra escrita de Sarmiento. En todo caso, la justifico como una ejemplificación que toca, por lo menos, rasgos esenciales de sus escritos, de su imponente obra escrita.
Por otro lado, prefiero el título de Lengua y estilo en Sarmiento al de Sarmiento, escritor, en parte porque este último, más amplio y vago, ha sido corrientemente utilizado en diversos estudios, y, en parte, porque el primero —me parece— está más de acuerdo, por su mayor precisión y sentido, con lo que pretendo mostrar.