Si quedaban dudas respecto de la orientación que el nuevo mandato de la presidenta CFK iba a darle a la política económica, dos hechos contundentes que reparan errores históricos de la dirigencia política de los últimos 20 años son la mejor respuesta: por un lado la aprobación de la nueva Carta Orgánica del Banco Central y, por el otro, el reciente envío a la Legislatura de la expropiación del 51% de la compañía YPF. Ambos representan dos cambios institucionales y conceptuales mayores que pocos años atrás eran realmente impensados. En realidad, tal como dijimos numerosas veces desde este espacio, mucho menos de un décimo de todo lo que se avanzó en los últimos años estaba fuera de la agenda del conjunto de esa dirigencia, que había asumido al Consenso de Washington como decálogo del marco institucional y de política económica correcto.