Desde la comunicación, para interpretar un texto, un video, una nota, un discurso, es indispensable pensar en la trilogía texto-contexto-autor. No se puede considerar al contenido de cualquier soporte sin entender el anclaje social, cultural, histórico, político que influye en el modo de pensar de sus respectivos creadores.
La lectura y la escritura son prácticas socio-culturales que se sitúan históricamente. Esas producciones están atravesadas por circunstancias particulares de los autores. Vislumbran y denuncian modos de ser y hacer. Son las síntesis de elementos culturales y sociales que forman a un proyecto político, a un tiempo histórico y dan cuenta de las distintas apropiaciones simbólicas, donde se construyen y reconstruyen diversos sentidos.
El texto se ve influido por los factores propios de la época en la que fue escrito, de acuerdo a la forma de vida y a los hechos históricos que predominaron en ese momento. El autor proyecta en sus producciones sus vivencias, sus lecturas, su estilo de vida, sus relaciones con la familia y la sociedad en general, las circunstancias que lo llevaron a ser quien es/fue.
En este sentido, nos proponemos abordar la importancia que cobra entender al periodismo, al cine y a la literatura en relación a su contexto histórico y a la vida del productor de esos contenidos. Haremos un recorte tomando como ejemplos la Primera y Segunda Revolución Industrial, la Revolución Cubana y la “Revolución de la alegría”. Realizaremos un análisis de cómo escritores y periodistas trataron en sus obras dichos momentos históricos.