La transición energética está en boca de todos.
Hablar de descarbonización y de la migración hacia matrices energéticas verdes sería la solución ideal para atacar los problemas ambientales que hoy enfrenta nuestra sociedad. Con mayor o menor profundidad, con mayor o menor énfasis, es innegable que la gran mayoría de los actores involucrados con esta temática coinciden en implementar este tipo de acciones. La lucha contra el cambio climático, y sus posibilidades de éxito, dependen en gran medida de cómo se encare este proceso.
Sin embargo, el camino hacia la descarbonización no es solamente técnico o ambiental y no es la única herramienta. La transición energética puede ser también una enorme oportunidad para combatir los problemas sociales que existen en nuestro país y a nivel global. El camino de la transición no debe entenderse exclusivamente con escenarios matemáticos, sino que debe contemplar escenarios sociales.