El consumo de energía es la principal fuente de emisión de gases de efecto invernadero (GEI) a nivel global, como consecuencia del uso de combustibles fósiles.
Si nos enfocamos en las edificaciones y las energías asociadas, ellas son responsables del 32% del consumo de energía mundial y un cuarto de las emisiones de CO₂, existiendo una enorme oportunidad, muy poco aprovechada, de crear comunidades más sostenibles a través de la eficiencia energética. La mejora de la eficiencia energética de los edificios puede contribuir a reducir las emisiones globales del sector en más de un 80% respecto de un escenario tendencial para el 2050.
Edificios más eficientes pueden generar beneficios económicos, reducir el impacto ambiental, mejorar la calidad de vida de las personas y la productividad de las ciudades.
La eficiencia energética en edificaciones no solo reducirá los costos de energía, sino que permitirá crear puestos de trabajo y activar las economías regionales.