El paisajismo tiene un objetivo específico que es resolver, con la herramienta de la vegetación, dos cuestiones sustanciales: una es la solución espacial y formal del paisaje como apreciación o calidad de imagen y la otra es la mejora ambiental del entorno humano. Actualmente, y en forma creciente, la degradación de la calidad visual y la baja calidad ambiental en los grandes conglomerados urbanos exigen al diseño paisajista como un renovado instrumento potente en la mejora del ambiente urbano, tanto en la calidad del paisaje como en el aspecto físico y biológico en relación con el microclima urbano y la mitigación de los efectos negativos para el hombre que la ciudad produce como fase construida inerte en el territorio. (Benassi, 2015, p.28).
Dee (2001) sostiene que el diseño paisajístico puede conservar, proteger, mejorar los ambientes naturales o regenerar los sistemas naturales que han sido contaminados. Los sistemas naturales primarios y elementos que conforman el contexto para el diseño del paisaje y que pueden verse alterados son: el clima local, la hidrología, la geología y geomorfología del terreno, los suelos locales, la vegetación, el aire, la fauna y el ecosistema (la interrelación de todos los elementos). La totalidad de los elementos necesitan ser relevados y evaluados antes que el paisaje pueda ser modificado a través del diseño. (p.8).
El diseño paisajístico de la vivienda unifamiliar que se realizará en el presente trabajo práctico, se sitúa fuera del ejido urbano de la ciudad de Río Gallegos, más precisamente en la zona de chacras en las que aún se conserva el carácter del paisaje de estepa. Sin embargo, esta situación variará en el corto plazo, porque el desarrollo urbano se extiende de modo acelerado hacia el área, y lo hace sin la adecuada planificación, es
decir, sin la construcción de las redes de infraestructuras y servicios básicos.
En la primera parte del trabajo se describirán el clima y el tipo de vegetación imperante en la región. Además, se explicará como las condiciones climáticas impactan en el desarrollo de las plantaciones, las cuales se deberán tener en consideración para la elaboración del proyecto paisajístico.
Luego, se efectúa el análisis del sitio de intervención a través de un relevamiento pormenorizado de las especies vegetales existentes y se describen su tipología y fenología, las características edáficas y el estado del suelo.
Por último, se desarrolla el proyecto paisajista que tendrá como premisa principal el diseño de espacios vegetados que, en su mayoría, contengan especies nativas o bien adaptadas a la zona en lo posible que tengan baja o media demanda hídrica para su desarrollo y subsistencia. A los efectos de optimizar el riego, los espacios se dividirán en hidro zonas en los que se agruparán las especies vegetales según sus necesidades de irrigación.