El presente trabajo es una investigación que trata sobre la manera en que nuestra sociedad organiza las tareas de cuidado. La injusta distribución de las responsabilidades de cuidado se construye sobre una idea social a partir de las características biológicas de los sexos. Las políticas de cuidado no son una cuestión de reparaciones tecnocráticas. En consecuencia, en su implementación pueden fomentar la igualdad de género, e incluso mitigar otras dimensiones de la desigualdad, como las de clase, casta y pertenencia étnica; o bien, exacerbarlas. El involucramiento y el apoyo del Estado marcan una diferencia en lo que atañe a empoderar a las mujeres y alcanzar la igualdad de género.