Las parasitosis intestinales (PI) constituyen un importante problema de salud pública por sus altas tasas de prevalencia y amplia distribución mundial. Son consideradas un marcador de atraso socio-cultural al presentarse principalmente en comunidades con deficientes condiciones sanitarias, mala disponibilidad de agua, incorrecta eliminación de excretas, malos hábitos higiénicos y hacinamiento. Pueden ser asintomáticas o presentarse con cuadros de diarreas, dolor y distensión abdominal, naúseas y provocar anemia y retraso en el crecimiento por malabsorción cuando están asociadas a malnutrición. En nuestro país las prevalencias de PI son elevadas y a través de estudios epidemiológicos se establecen las variables ambientales, socioculturales y la sintomatología asociada para la elaboración de medidas de control.