Toda vez que la geografía aborda el estudio de problemas que incumben a sus actividades, necesita localizar sobre la superficie terrestre la región donde acontecen los hechos o fenómenos que estudia, relacionando la posición del lugar donde ellos suceden con las situaciones que otras regiones conocidas tienen sobre la Tierra.
Las vinculaciones entre las diversas zonas que interesan a las actividades geográficas en cada caso, surgen desde luego la descripción de las mismas; pero los asuntos se simplifican cuando tales vinculaciones se logra establecerlas gráficamente.
Tal es la finalidad de la geografía matemática y que esta ciencia realiza por medio de la cartografía.
Al hablar de las ramas principales de la geografía, en el tomo 1° de su clásico "Tratado General de Geografía" dice el profesor Hermann Wagner: "De la geografía matemática surgen dos de sus ramas independizándose de ella — la geodesia y la cartografía — o sea, el arte de llevar a la carta gráfica los resultados de la geodesia." Y finalmente agrega: "la finalidad de toda la geografía matemática es la cartografía de precisión".
Gracias a ella, aparecen entonces claramente expresadas las formas de las zonas donde los diversos fenómenos tienen lugar.
Y de las comparaciones entre las características de dichas zonas es posible inferir, entonces, correlaciones de unos fenómenos con otros.
El conocimiento de la verdadera forma de la Tierra debe, pues, ser previo, para que su descripción gráfica pueda ajustársela a la realidad de las cosas.
Al geógrafo interesa entonces, fundamentalmente, conocer no solamente el proceso de las operaciones que es necesario realizar para poder representar luego de modo gráfico la configuración geométrica de la Tierra, sino también los diversos entes científicos que intervienen en tal proceso y su debida diferenciación.
La primera etapa de tales operaciones corresponde a las mediciones que se efectúan sobre la superficie terrestre, cuya utilización se realiza luego con la intervención de una determinada superficie de referencia; en general un elipsoide, como intermediario.
Es a la geodesia y a la topografía que corresponden tales operaciones, por lo cual se impone dar al respecto la consiguiente información, que es a lo que ha de referirse el siguiente capítulo inicial.