Marcelo Halperín plantea un estado de incertidumbre en el siglo XXI derivado de diversos motivos de conflictividad que llevan a conjeturar sobre las perspectivas del encuadramiento disciplinario de las relaciones económicas y comerciales internacionales. Parte de la creencia generalizada en cuanto a que, el orden multilateral forjado a partir de los acuerdos de Bretton Woods, ha tenido una relativa y no desdeñable operatividad expuesta por el desempeño de sus tres pilares institucionales:
el Fondo Monetario Internacional, el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (Banco Mundial) y el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT). Con respecto al comercio internacional, está instalada la creencia sobre una progresiva consolidación normativa desde la entrada en vigor del GATT 1947 y una adecuación de las reglas establecidas a los cambios en las condiciones de producción prevalecientes a escala mundial. Este proceso parece haber culminado con la creación de la Organización Mundial del Comercio (OMC) vigente desde enero de 1995. A menos de treinta años después de haberse instalado como una nueva y ambiciosa reconfiguración de este orden normativo asoma la pregunta de rigor: ¿sigue siendo verosímil aquella imagen de la OMC como proveedora de disciplinas consentidas por sus Estados Miembros y aptas para encauzar el comercio y la economía internacional? A través de algunos indicadores demuestra que el orden multilateral parece desbordado. Sostiene el autor que si la presunción fuera cierta entonces cabría preguntarse por las perspectivas para la recomposición o reconfiguración del multilateralismo.