El trazado genealógico que opera en la narrativa de la memoria, a ambos lados del Atlántico, como catarsis a la vez que como develación de un aspecto del pasado traumático no explorado previamente presenta en ocasiones un desplazamiento particular en el ya de por sí complejo dispositivo de la posmemoria: las voces de los sobrinos, y en particular de los sobrinos nietos, que se hacen cargo de la narración de “héroes” sin descendencia. Más allá del vínculo sanguíneo, esto da cuenta de una marcada necesidad de rescate de figuras que no sólo echan luz sobre sujetos soslayados por la historia, sino que manifiestan la añoranza de heroicidades. La reedición de "Mi guerra de España" de Mika Etchebéhere, por los sobrinos nietos de su marido Hipólito Etchebéhère, la realización del documental Mika. "Mi guerra de España", a cargo de los mismos Fito Pochat y Javier Olivera, la investigación periodística novelada "Tío Borís. Un héroe olvidado de la Guerra Civil Española" de Graciela Mochkofsky, y la muy reciente novela "El monarca de las sombras" de Javier Cercas tienen varios puntos de coincidencia en el sentido antes delineado. Sobre la base del sustrato teórico del concepto de “posmemoria”, me propongo detenerme en los mecanismos de construcción de esos tíos abuelos revisitados en un delicado deambular entre testimonios y documentos de materialidad diversa, entre expresiones de autojustificación y apropiaciones de gestas sin continuidad.