Volver sobre los pasos que hemos transitado. Subrayar y releer andares. Repasar la memoria y -acaso- inaugurar huellas que animarán a otros a seguir por el camino de la enseñanza.
Desde la Didáctica de la Lengua y la Literatura como disciplina que investiga e interviene en la formación de formadores y cuya perspectiva es sociocultural y transdisciplinaria, intentaremos acercarnos -a través del análisis de algunos incidentes críticos- al problema del conocimiento y su construcción desde un campo disciplinar cuyo objeto es doble: la lengua/ la literatura (Bombini, 2001).
Enseñar lengua y literatura, entonces, implica inscribirse en la trama de una práctica cultural y discursiva que -como tal- exhibe tradiciones, convenciones, rutinas y valores, es decir, un “’código disciplinar’ que -a pesar de su durabilidad presenta cambios que “responden no tanto al seguimiento del conocimiento de referencia sino a factores históricos, culturales y políticos” (Sardi, 2006: 25). Descubrir esas tradiciones en nuestras biografías y trayectorias escolares durante la formación inicial, durante ese rito de pasaje que implica una residencia docente, conlleva -como hemos visto en los capítulos anteriores- tensiones y sobresaltos que tal vez nos permitan saltar sobre lo ya dicho, lo ya andado, lo interiorizado y no cuestionado hasta el momento (Perrenoud, 1995).
Así, detenernos sobre la escritura de los incidentes críticos para reflexionar y desentrañar los diversos modos de construcción del conocimiento lingüístico-literario en los procesos de enseñanza-aprendizaje nos conduce a preguntas del tipo: ¿Cuáles son las tradiciones, las continuidades, las rupturas que, con respecto al “código disciplinar”, operan en la instancia de la residencia docente del Profesorado en Letras? ¿Qué representaciones sociales forman parte de los esquemas de pensamiento de lxs profesorxs en formación a la hora de ir a enseñar Lengua y Literatura a las escuelas y otros espacios de educación formal y no formal? ¿Cómo influye la cultura universitaria y sus habitus en las intervenciones didácticas que esos espacios singulares nos exigen? ¿Qué tensiones se producen?