De acuerdo a los postulados de las universidades latinoamericanas, la extensión se encuentra en un nivel de jerarquía similar a la docencia y la investigación. En este sentido, son muchas las universidades que han modificado sus estatutos reconociendo a la extensión como aquella instancia que se hace cargo del rol social de las universidades, vinculándolas de igual a igual con el resto de la comunidad. Pero para hacer realidad esas premisas es necesario poner en discusión la extensión, el cómo la definimos, la metodología que la sostiene y fundamentalmente los marcos teóricos que determinan su accionar. Porque más allá de estas intensiones, está la comunidad universitaria, formada mayoritariamente bajo una matriz positivista –fundamentalmente en las carreras técnicas-, que arrastra al difusionismo como expresión mayoritaria de la extensión. En ese sentido, desde la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la UNLP nos propusimos iniciar un camino de formación en extensión convocando a toda nuestra comunidad a encuentros que trabajen las experiencias y los conceptos que entendemos fundamentales para modificar la concepción dominante. El resultado es una concurrencia limitada, fundamentalmente docentes, muy consustanciada con una diversidad interesante de experiencias, pero que ha repercutido de manera sugestiva en la cantidad y calidad de las propuestas desarrolladas en el medio.