Muchas veces la evaluación se convierte en una experiencia cargada de tensiones para los estudiantes, por saber qué se les va a preguntar. Así también los docentes tienden a calificar con notas más altas a aquellos estudiantes que responden rápido la mayor cantidad de conceptos. La evaluación se inscribe como una práctica desconectada de las clases con el énfasis puesto en la calificación. Desde la perspectiva de la evaluación como rendimiento, la nota sale de lo bien que hacen los estudiantes las tareas asignadas en los dictados del curso. Sin embargo, desde una perspectiva de la evaluación como aprendizaje, los exámenes y calificaciones se convierten en una forma de guiar a los estudiantes en su progreso, de comunicar y no de clasificar a los alumnos en aprobados-desaprobados. El objetivo del trabajo fue indagar sobre la actitud de los estudiantes ante las diferentes formas de evaluación virtual considerando el cuestionario por plataforma y el examen oral por video-llamada.